Lo que perdimos, lo que encontramos
La tragedia de Alice Munro. David Lynch. Horacio Warpola. Alejandra regala libros en su boda.
Es jueves
y siento que pierdo algo
para siempre.
Preguntas
¿El mundo de hoy es la Weimar antes de Hitler? Se pregunta Robert Kaplan. Hay argumentos convincentes.
¿Puede sobrevivir el gusto personal a la angustia algorítmica? Se pregunta Laura Marajofsky.
¿Es OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, la nueva VISA? Cuestiona Taylor Lorenz.
¿La inteligencia artificial –en rigurosas minúsculas, porfavor– desarrollada por israel ha sido clave en el genocidio palestino? Sí.
¿Es la inteligencia artificial la estética del nuevo fascismo? Argumenta Gareth Watkins.
¿Qué genera la ia en el cerebro humano? Atrofia y destruye.
No podemos dejar que los robots sueñen por nosotros.
—Nicolas Cage, sobre la inteligencia artificial.
¿Los migrantes sin papeles en Estados Unidos pagan impuestos? Tan solo en Texas, pagan 100 mil millones de dólares. Mientras tanto, escuelas religiosas privadas en el mismo país de la libertad viven del erario robando otros tantos miles de millones.
¿The Leftovers fue una profecía? Sí. Una generosa, aunque hace una década la viéramos como distopía. Así el estado del mundo.
¿Qué sabía Alice Munro, quizá la mejor cuentista moderna, de su esposo, Gerald Fremlin, un pedófilo que abusó de su propia hija y de otros niñxs? Al parecer, todo. Y lo calló.
Respuestas
Cormac McCarthy, uno de los novelistas más célebres y enigmáticos, mantuvo una relación con una niña que conoció cuando él tenía 42 años y ella 16, “una niña de acogida que se sentía tan insegura en casa que a menudo llevaba una pistola y utilizaba la zona de la piscina del motel donde él se alojaba para ducharse”.
Mi admirado Sergio del Molino critica la serie de Netflix Cien años de soledad, basada en la celebérrima novela de un colombiano que ganó el Nobel:
Cien años es el compromiso de un escritor, la expresión decantadísima y mayúscula de una libertad creativa autoconsciente. La adaptación, en cambio, es un producto prefabricado e industrial sin autor reconocible. Varios directores, unos cuantos guionistas y muchas notas de unos productores comerciales anulan cualquier sentido de la autoría. No hay un alma ni una voz detrás de esta serie de Netflix, y eso hace que desbarranque desde la primera secuencia y no haya forma de que vuelva a enderezarse.
Sturgill Simpson canta "When I Paint My Masterpiece", su primer cover de Dylan.
Países que no existen más
La militarización específicamente lopezobradorista ha sido cualitativamente diferente a la iteración anterior, entre 2006 y 2018, agumenta Camilo Ruiz Tassinari en un ensayo para Phenomenal World.
En un patrón que recuerda a Egipto o Pakistán, los militares se han convertido en dueños, concesionarios y contratistas de grandes obras y emprendimientos públicos. Como en el caso de Slim, el Ejército también recibió dos concesiones para el Tren Maya y, con ello, una participación en el boom turístico en la península de Yucatán. El Ejército ahora está construyendo un hotel de lujo en Tulum y además posee un aeropuerto en esta zona turística. Las Fuerzas Armadas controlan a las aduanas y aeropuertos y, además construyen hospitales, plantan árboles, conducen trenes de carga y de pasajeros y distribuyen libros de texto para las escuelas. A través de las concesiones públicas, los militares ahora cuentan con recursos económicos autónomos y opacos. Las Fuerzas Armadas se han convertido en una agencia económica privada, sin supervisión de parte de órganos públicos.
El Hotel Tren Maya Calakmul: la tomografía de un cáncer en la selva.
Nestlé, oh sorpresa, destruye todo a su paso en México. Sin consecuencias.
RIP Horacio Warpola. Escribe Neónidas:
Al último fue simplemente W, cuando ya se había vuelto tan ilustre, o tan inalcanzablemente mitológico para los de mi generación, que acabó por convertirse a la ortodoxia komandroviana y, abrumado por la muerte y los misterios del cosmos, se recluyó para siempre en las bóvedas del monasterio de Kaschckar. Huérfano galáctico, viajero errante, asesino prófugo, erudito de las estrellas; Warpola será siempre el más alto de todos los lemúridas. El más sabio de todos: la primera vez que lo vi, desconfié de su suficiencia.
Los artistas murieron. Ahora hay franquicias. Los autores murieron. Ahora hay marcas.
¿Un cigarrito?
Meaghan Garvey realiza una radiografía genial del arte del cigarro en el cine lyncheano.
Richard Brody despide a David Lynch, que pasó a formar parte del cosmos infinito:
Él ve lo que se mantiene invisible y revela lo que se mantiene escrupulosamente oculto, y sus visiones rompen las apariencias de respetabilidad para representar, en forma de fantasía, realidades insoportables.
Alan Sepinwall recuerda por qué Twin Peaks cambió el curso de la televisión y la elevó a la categoría del arte.
Una página que recopila homenajes al viejo.
Adam Nayman entrevistó a Lynch en 2006 y no grabó nada. ¿Cómo recuperar una conversación perdida? La anécdota es bellísima.
¿Por qué Twin Peaks es la serie más gringa de la historia?
Posdata. Alejandra regaló regalos en su boda. Libros:
—Manu.